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"EL TIEMPO, ES LA CARCEL DEL MUNDO"

viernes, 2 de mayo de 2014

...Antes de comenzar a leer esta novela, quiero que sepas que ella niega tu existencia...

Argumento

Nos explica, por fuera de cualquier marco teórico o conceptual conocido, la creación del mundo y el origen del hombre y la mujer, así como su interrelación con su creador y con el Dios Universal. Incorpora luego la revelación del qué y el para qué del Cristo y sus formas de manifestación en el tiempo.
Si bien son temas complejos, el abordaje a través de la historia del protagonista, un joven llamado Fermín, logra hacerlos accesibles al público en general, sin necesidad de ningún bagaje de conocimiento sobre la materia.
Nos deja concluir que el hombre y su mundo son una creación producto de la acción ilegítima de Mamón, dios del mundo y creador de la dualidad. Mamón fue creado por Lúcifer sin autorización del Dios Universal y todos, creadores y creados, fueron arrojados al planeta Tierra.
Para trascender Lúcifer necesita recuperar la energía universal utilizada sin permiso en la creación, para ello forma con el Dios Universal la Divina Alianza. En el marco de esta Alianza el Cristo ingresa al mundo para realizar el rescate de aquella energía. En el desarrollo de los tiempos la Alianza fue actuada por varios hombres y mujeres, en este libro se cuenta con detalle la encarnada por el Cristo y María de Magdalá.
A partir de allí se da una nueva versión sobre el Jesús histórico, la Magdalena y el resto de los discípulos, así como una reinterpretación de las religiones y del sentido de la trascendencia.

Prólogo

La Voz llegó acompañada de una vibración ácida, como de fiebre, junto a una sensación de sudor de hielo seco. El hombre la oyó con claridad decir: Escribe. La escuchó por fuera, pero sintió que venía desde dentro de sí. Y escribió. Varias veces se repitió la experiencia. Cada vez la vibración parecía insoportable y cada vez el archivo sumaba páginas tipeadas sin ser leídas. Se agregaban párrafos de corrido comenzando donde la última vez se había terminado de escribir. Fue así hasta que, en cierta ocasión, la Voz indicó al hombre que se dirigiera a un punto específico del texto y le dijo lo que justo ahí debía escribir. Desde ese momento, cada vez que la Voz habló pidió ser transcripta en un lugar determinado del archivo. Cientos de páginas fueron llenadas con palabras, cada una en un orden preciso, con un propósito desconocido por el que escribía. Una tarde el hombre sintió que ya no podía soportar aquella vibración, o quizá la vibración le comunicó de esa manera que ya no había que escribir más. El hombre buscó a otro y le entregó el archivo, le pidió que analizara si lo escrito tenía algún sentido. Este hombre encontró claridad y así lo comunicó. El que escribió, con mirada expectante, pidió al otro hombre que le leyera el libro. El escritor y el lector pasaron la noche entera, uno oyendo y el otro leyendo, hasta el amanecer. Al finalizar el lector sintió algo extraño, algo faltaba, había en él como una ausencia. Guardó silencio. El escritor entonces hizo una pregunta que llenó el vacío: Lo que me leíste, ¿puedes negarlo?
Bruno Schmal

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